
Oscar Brahim
Diseño & Delito
El documental narra la historia de Oscar Brahim, un hombre Argentino que se gana la vida como taxista, trabajando alrededor de 12 horas diarias. En este constante errabundeo que realiza Brahim por la ciudad de Buenos Aires, le permite observar, las personas, las calles, colores. Pero lo que le llama poderosamente la atención es la publicidad, por sobre todo la manera imponente, autoritaria e invasiva de cómo esta acecha y habita dentro de la ciudad, como si esta siempre hubiera formado parte de nuestras vidas, como si ya fuera parte del paisaje ciudadano.
Oscar al ver que esto pasa sin molestarle a nadie mas que el, ver que todos conviven tranquilos con la publicidad sin parecer molestarles, y que esta se encuentra hasta en las partes mas insólitas, es que decide intervenirlas, usando sus dotes innatos de artista, de esta forma cambia el mensaje original de la publicidad en cuestión, y el crea uno que le parezca conveniente para el momento. De esta forma llama la atención de los transeúntes y logra que estos puedan tener algún cuestionamiento.
Paradójicamente Oscar dentro de su taxi tiene impreso detrás de su asiento la frase “ En este momento estoy manejando su destino”, con el fin de que todos los que suban lo lean. La frase pareciera sacada de algún aviso publicitario, como por ejemplo de alguna aerolínea, un verdadero slogan, por la forma autoritaria con la que se presenta, pero a la ves nos da reflejo de cómo nos hemos visto envueltos y hemos permitido que día a día frases como estas nos invadan, que pretenden dominarnos, y a su ves que perdamos nuestra experiencia real. Hoy en día las marcas han pretendido mostrarse a través de la publicidad como quienes son capaces de venir a solucionarnos los problemas, guiar nuestros destinos, utilizando armas que nos incentivan el consumo, como por ejemplo trabajan con el deseo, de esta forma persuaden a los consumidores, como dice el texto diseño y delito, ahora en un producto importa mucho mas su envoltorio que su contenido real. Es por esto que en la actualidad todo es imagen, ya no nos venden un producto sino que una imagen, ya no algo de buena calidad sino que un estilo de vida. Esto queda claro en la publicidad de la marca BENETTON, donde en sus afiches ya no aparece la ropa, que es lo que la marca vende sino que nos muestran imágenes que traen detrás algún mensaje de contingencia.
Es por esta razón que encuentro muy loable el trabajo de Oscar Brahim, ya que si bien no lograra nunca cambiar la publicidad totalmente, por lo menos lo hace de manera efímera, con sus intervenciones y deja en manifestó su molestia y permite que la gente también pueda discutir o al menos darse cuenta por un instante de lo que esta pasando a su alrededor. Para mi Brahim es un artista y no un diseñador grafico, no tan solo por su técnica ni creatividad ni visión para poder crear esta segunda interpretación dentro de la ciudad, sino mas bien lo es por lo que el mismo dice “El diseñador grafico no puede trabajar en libertad”. Mientras que el si trabaja de manera libre, lo hace en la calle a la vista y paciencia de toda una ciudad, mostrando su mensaje, su interpretación, mientras que el diseñador grafico, debe trabajar en base a lo que la marca quiere y le pida. Además si bien Oscar no es un artista criado en alguna universidad, en su obra expone un discurso, un ideal, que provoca, que pasa algo y por sobretodo que da paso a una conversación, a replantearse.
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